Las historias de boca en boca subsisten de persona en persona, de lugar en lugar y de tiempo en tiempo. Rara vez la versión original coincide con la contada en tiempo presente. Sin embargo, con mucha suerte, podría guardar algo de la esencia principal de la misma, y con gran fortuna transmitir lo que inicialmente el autor deseaba comunicar. La pieza “Vitral. La novela inconclusa de Mathias Goeritz” de Jorge Méndez Blake (Guadalajara, 1974) es una alegoría de la narrativa construida en la memoria.

Retomando la obra que Mathias Goeritz realizara para la capilla del Calvario diseñada por Luis Barragán en Guadalajara en la segunda mitad de los años cincuentas, utiliza un panel del vitral como ventana a otra historia. Una historia fragmentada que al igual que un vitral, forma en su conjunto una narrativa. Al presionar cada uno de los fragmentos del vitral (abajo) cada visitante tendrá un relato distinto dependiendo de su elección. Es un mapa donde cada vidrio nos revela un tramo de historia. No existe un orden a seguir, cada experiencia será distinta obedeciendo a uno u otro fragmento. Así como su secuencia, se nos ira develando una fábula que tendremos que formar y construir en nuestra imaginación. Nosotros establecemos el hilo conductor al dar clic sobre cada segmento para completar la narración, teniendo múltiples posibilidades de aproximarnos a una novela que se encuentra oculta por pedazos en su totalidad. Como un juego de memoria, y haciendo un símil de aquellos libros de aventuras donde nuestras decisiones definían el destino del relato… y una mala decisión nos podía llevar a enfrentarnos con un terrible dragón.

“Vitral. La novela inconclusa de Mathias Goeritz”* fue desarrollada por el artista para la página del Museo Experimental el Eco.

* Para una mejor experiencia visita la versión de escritorio o gira tu celular.

Vitral
La novela inconclusa de Mathias Goeritz
Jorge Méndez Blake

La intensidad creativa de Mathias Goeritz tuvo una faceta poco conocida: la novela. Durante años tuvo la intención de escribir una novela, la cual fue escribiendo poco a poco en pedazos de papel que nunca vieron la luz. 

Guardados sin cuidado en un sobre manila y escondidos en el librero de su casa entre dos libros en alemán de Novalis, estos fragmentos fueron descubiertos cuando se empacaba la biblioteca de su casa de Cuernavaca para trasladarla hacia la nueva sede en el museo El Eco en la Ciudad de México. 

Más que un texto terminado está claro que esta novela estaba lejos de terminarse.

Esta colaboración forma parte de la Re_vista 003 del Museo Experimental el Eco, corresponde a la sección Nunca nos volveremos a ver, editada por Gabriel Escalante.