La naturaleza aborrece el vacío.
-René Descartes
La resonancia es un campo. Los cuerpos adquieren formas y lo transforman, el sonido implica que nos vaciemos: nos pone en falta.
El espacio augura un fenómeno, la música es un trayecto que llega o no llega.
a) Los silbidos son una forma de sobrevivencia
b) Mis respiraciones tienen una nariz de Helmholtz
c) Los zapatos de charol ya no rechinan
Los campos resuenan según los puntos cardinales, los momentos de silencio son una voz que intenta decir “sí”.
Los bisturís de Descartes tenían la sutileza del sadismo. ¿Hay llanto en los animales?
Busco un parteaguas y me imagino una sombrilla que se abre y se convierte en una cápsula.
Los museos son sombrillas que resuenan, invitan a tener un sol que no se mira.
Los músicos son de carne y esa materia interfiere. ¿Habría música sin huesos?
El sonido aún parece un intruso en el museo, abandona su función y lo convierte en un terreno aparte.
a) Los grillos no suenan en todos los bosques
b) Los tlachiqueros raspan el maguey para escucharlo
c) Las jirafas son el único animal que no tiene cuerdas vocales
Las sombras de las arquitectura son envolventes de este terruño; atestiguan que la acústica y los pantalones tienen un erotismo casi perdido.
El eco es una de las primeras formas que tienen los niños para jugar.
¿Cómo nos disculpamos?
Las cinco piezas que conforman el programa de Telepatía tienen en común su vocación por dialogar con el espacio del Museo Experimental El Eco. No son solamente música en un escenario, sino apuestas sonoras tratando de habitar -y transformar- el espacio museístico.
La primera de ellas, a cargo de Aura Arreola, está compuesta por variaciones a partir de Bird and Person Dyning, del compositor estadounidense Alvin Lucier. La intérprete recorre la sala vacía, modificando el espacio a partir de grabaciones de cantos de aves que, a su vez, entran en juego con la retroalimentación electrónica. El movimiento corporal es aquí el detonador de los sucesos sonoros.
La segunda pieza (Untitled) interpretada por Juan García, es un solo para contrabajo, del compositor Hiram Navarrete. A partir de cuatro secciones, el compositor juega con las afinaciones en el registro más bajo del instrumento. De tal forma que sus posibilidades tímbricas y las cualidades vibrantes de las cuerdas resuenan en el lugar.
La tercera, llamada Dos tarolas, fue compuesta por Ivan Naranjo y el percusionista Chris Cogburn. Se trata de una pieza mixta multicanal (para dos redoblantes; uno de ellos ejecutando por un intérprete, el otro mediante transductores, con espacialización en tiempo real). Esta pieza se sostiene en el tiempo, jugando tanto con la capacidad técnica del intérprete (en redobles prolongados) como con las convergencias y divergencias de los dos instrumentos respecto de los lenguajes electrónicos.
Finalmente, Telepatía, de Emilio Hinojosa Carrión, está escrita para siete instrumentos acústicos más medios electrónicos. La partitura se basa en una serie de recorridos por un espacio. Aquí, los intérpretes van ejecutándola como si la música fuera una nueva promenade. Así, la pieza se vuelve una especie de traducción del espacio original, una resignificación, mediante el sonido, en el recinto explosivo de El Eco.
Emilio Hinojosa Carrión
Mice corpus
- Carla Benítez, viola
- Juan García, contrabajo
- Diego Gutiérrez, cello
- Iván Naranjo, electrónica
- Leonardo Chávez, violín
- Chris Cogburn, percusiones
- Xavier Frausto, trombón
- Diego Morábito, flauta