Paraísos ofrecidos
Héctor Zamora
Enero 26 – Febrero 13, 2011
Curaduría: Tobias Ostrander
En su manifiesto de la “Arquitectura emocional”, publicado en 1954, poco después de la inauguración del Museo Experimental El Eco, Mathias Goeritz escribió sobre el significado del Patio central dentro del diseño total del edificio. Describe su deseo de que este espacio cerrado provoque un sentido de misterio, para recordar una pequeña plaza y para servir como la culminación de un estado emotivo que se inicie a la entrada del museo. Dentro de la coreografía creada por Goeritz en este edificio, el espectador se mueve desde el pasillo sombrío de la entrada, hasta la torre negra de la Sala principal y después a la brillante luz del patio, con su alta torre amarilla. Esta dramática secuencia de la oscuridad hacia la luz crea una experiencia narrativa en el espectador, una muy ligada a las aspiraciones espirituales del artista alemán.
Es específicamente dentro de la teatralidad espiritual de este museo que el artista mexicano, residente en Sao Paulo, Héctor Zamora, ubica su intervención artística titulada Paraísos ofrecidos. El artista ha llenado el Patio central con una multitud de mini arquitecturas, castillos inflables de brillantes colores, arcos, montañas y rampas que normalmente son rentados para entretener a los niños en los cumpleaños u otras celebraciones familiares. Ha cerrado las entradas al patio, negando el acceso; un gesto que transforma el espacio en una caja gigantesca, abierta al cielo, pero sellada a los lados y llena hasta el tope de estos juguetes enormes. El acceso visual de este fantástico mundo inflable al espectador sólo está permitido a través de la amplia ventana cuadrada de la Sala principal, un escenario que evoca la experiencia de mirar a través de un escaparate artículos codiciados. El artista ha colocado un solo elemento en el interior del edificio, una fotografía enmarcada, colgada sobre la superficie de la torre negra. Retrata estos elementos desinflados en el patio, como unas formas planas, arrugadas.
Las esculturas inflables ocupan un lugar prominente en la obra reciente de Zamora. El artista ha descrito su interés primario en estos elementos como una investigación formal. Ha sido atraído hacia el juego de transformaciones que establecen al cambiar de dos a tres dimensiones, lo que refiere simbólicamente a una transición de la pintura a la escultura. Estas ideas se enfatizan en Paraísos ofrecidos mediante la fotografía que el artista ha incluido, cuyo sujeto y formato en dos dimensiones hacen referencia a la pintura, mientras que simultáneamente ofrecen una comparación entre los elementos planos retratados y las formas esculturales tridimensionales que se ven en el patio.
La mayor parte de los proyectos recientes del artista mexicano que involucran las formas inflables han sido producidos para ferias de arte o bienales, contextos que ofrecen a estos materiales el carácter de sitio específico. En el contexto contemporáneo, las estructuras inflables se colocan a lo largo de carreteras para anunciar concesionarias de autos u otros negocios, a la vez que, históricamente, sus formas se han utilizado para la diversión o recorridos turísticos, mediante globos aéreos o dirigibles. Dentro del espectáculo de las ferias y bienales, las construcciones inflables de Zamora se han convertido en una crítica a los ambientes comerciales y del entretenimiento de lujo que estos contextos culturales han llegado a representar.
El espectáculo forma una parte fundamental de las críticas culturales que la actual instalación establece. Tal vez el primer espectáculo al que se dirige es al del alto modernismo, su peso histórico y sus aspiraciones espirituales, ejemplificadas en el edificio y el manifiesto de Goeritz. Las estructuras elegidas por Zamora se refieren a la arquitectura del Eco y a la abstracción geométrica en general, pero desafían la seriedad de estos sitios culturales, mediante su estatus de construcciones bobas y temporales, ofreciéndose a sí mismas como ejemplos simples y primarios de arquitectura emocional.
Además, el artista ve a estos juguetes inflables como particularmente omnipresentes en México y su más aguda referencia al espectáculo envuelve una crítica hacia su país de origen. En los últimos años, el gobierno de México ha invertido mucho en dramáticos espectáculos públicos, las pistas de hielo y nieve en el Zócalo, los desfiles y eventos acuáticos en la avenida Reforma. Estos grandes espectáculos multiplicados durante el año del Bicentenario en 2010, han caracterizado a la actual administración presidencial y sus estrategias políticas. Este tipo de eventos ofrecen a un público cada vez más abrumado por el desempleo, la violencia de la guerra contra el narcotráfico y la inseguridad general, un paraíso de entretenimiento. Ellos evocan lugares de riqueza, viajes y placer que son inaccesibles a la mayoría de la población en México y como tal representan “castillos en el aire”, aspiraciones inalcanzables. Los castillos inflables y las estructuras de entretenimiento temporales de la instalación hacen referencia a estas dinámicas políticas, acentuadas por su inaccesibilidad; la manera cómo Zamora niega el acceso a los placeres temporales que ofrecen estas formas, clausurándolas tras los cristales de las puertas y ventanas del museo.
Tobias Ostrander.
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Héctor Zamora (ciudad de México, 1974). Vive y trabaja en São Paulo, Brasil. Su trabajo trasciende el espacio expositivo convencional. Lo redefine y provoca fricción entre los preceptos comunes de lo público y lo privado, el interior y el exterior, lo geométrico y lo orgánico, lo real y lo imaginario. A partir de su conocimiento sobre la arquitectura de estructuras ligeras y un meticuloso énfasis en el proceso de conceptualización y construcción de cada obra, Zamora incluye la participación del espectador y le permite cuestionar los usos cotidianos de los materiales y sus funciones en el espacio. Entre sus exposiciones individuales destacan: Cerâmica 6, Galeria Vermelho, São Pablo (2010); De Belg wordt geboren mete en baksteen in de maag, flacc, Genk, Bélgica (2009); Spectacular Reflections, Museum of Contemporary Art San Diego, San Diego, California (2007); Paracaidista, Museo de Arte Carrillo Gil, México, D.F. (2004). Participó en la 12a Bienal Internacional de El Cairo (2010), La Biennale de Venencia (2009) y en la Bienal SCAPE de Christchurch, Nueva Zelanda (2011).