La carga

Exposición
30 mayo, 2012
La carga
Carmela Gross
Mayo 30 – Julio 29, 2012
Curaduría: Paola Santoscoy
La carga, Museo Experimental el Eco, 2012. Fotografía de Ramiro Chaves.

La obra de Carmela Gross (São Paulo, Brasil, 1946) se puede pensar como una constante exploración del repertorio visual y vivencial de la ciudad. Fuertemente enraizada en la experiencia urbana y en el paisaje de São Paulo, su ciudad natal, la producción artística de Gross incorpora el uso de varios medios —dibujo, gráfica, escultura e instalación— articulando un cuerpo de obra para el cual el entorno urbano parece no agotarse. Pertenece a una generación de artistas que comienzan a trabajar a finales de la década de los sesenta e inicios de los setenta, un momento álgido debido al clima político y social en varios países del sur del continente americano como consecuencia de las dictaduras militares. Mientras que en el ámbito artístico cuestiones como la desmaterialización del objeto de arte, el desvanecimiento de las fronteras entre géneros tradicionales y la incorporación de elementos de la vida cotidiana marcaban los procesos de creación, así como el surgimiento de categorías como arte pop, arte conceptual, performance o happenings, en los contextos estadounidense y europeo apenas tenían resonancias. Es claro que los artistas voltean la mirada hacia afuera del ámbito museístico y de los circuitos del sistema del arte, lo que lleva a muchos a la calle y a considerar su práctica desde otra posición: la del ámbito de lo público.

La carga, Museo Experimental el Eco, 2012. Fotografía de Ramiro Chaves.
La carga, Museo Experimental el Eco, 2012. Fotografía de Ramiro Chaves.

A Carga (La Carga) fue la primera muestra de esta artista en México y reunió un conjunto de cuatro piezas que pusieron de manifiesto el impulso escultórico de Gross ligado a la ciudad y al cuerpo: A Carga y Escada (Escalera), ambas de 1968; así como Cuba e Ithaca (Ítaca) de 2011, estas últimas de la serie Ilhas (Islas). Con tal constelación de obras se proponía activar una serie de operaciones escultóricas y conceptuales por vía del emplazamiento, en El Eco, de A Carga: una escultura de gran formato que se presentó como un volumen geométrico constituido por una tela, cuya materialidad desdibuja los contornos del volumen, con lo cual se complica una identificación del todo certera. Se trata de una lona de camión de carga que, si bien proviene de la vida cotidiana y, como tal, tiene una función muy particular: la de cubrir las cajas de tráilers y camiones para proteger de las inclemencias del tiempo la mercancía o lo que sea que esté siendo transportado, en este contexto se convierte en una piel que recubre la forma que la sustenta.

La carga, Museo Experimental el Eco, 2012. Fotografía de Ramiro Chaves.

El año en que Gross realiza A Carga, 1968, es un momento políticamente convulso en Brasil y en otras partes del mundo. Cuatro años después de que se iniciara la dictadura con el golpe militar de 1964, la censura y la represión del régimen militar provocan revueltas estudiantiles y de otros sectores de la sociedad que, en 1968, se extienden por todo el país, resultando en la desaparición de gente y encarcelamiento de activistas políticos. El 13 de diciembre de ese mismo año el gobierno decreta el Ato Institucional Número 5 (AI-5) que da plenos poderes al presidente y suspende los derechos y garantías constitucionales. A Carga se presenta en 1969 en la Sala Especial de Nuevos Valores de la X Bienal de São Paulo junto con otras obras que, en opinión de la crítica Ana Maria Belluzo, revelan un interés en la presentación de construcciones “desestetizadas” que funcionan como índices de la vida urbana y suburbana al subvertir el ámbito artístico mediante el uso de materiales precarios traídos de la cultura urbana. A Carga contiene al menos dos registros de memoria, aquella de los recorridos y desplazamientos de esta tela (incluyendo su traslado a la ciudad de México), y la memoria histórica que se entrecruza con la mirada que intenta desvelar eso que se oculta, que parece silenciarse pero que en realidad grita; el ocultamiento como algo que visibiliza contornos de subjetividades individuales y compartidas.

La carga, Museo Experimental el Eco, 2012. Fotografía de Ramiro Chaves.
La carga, Museo Experimental el Eco, 2012. Fotografía de Ramiro Chaves.

Escada es una fotografía que documenta una intervención realizada por la artista en un acantilado de una zona periférica de São Paulo. En extremo vertical, a diferencia del D.F., dicha ciudad pareciera delinear otra idea de horizonte. La línea negra trazada por Gross en el paisaje urbano amplía la escala y acción del pensamiento gráfico y escultórico mediante ese gesto simple que apunta hacia la distribución de espacios y roles en la esfera de lo público. Cuba e Ithaca (Ítaca), por su parte, son dos esculturas en las que se hace más evidente la importancia que el dibujo tiene en la obra de Gross. Éste es el impulso originario de los proyectos y la matriz generadora de ideas que en ocasiones se cristalizan en otros medios. Estas “islas” marcan un territorio autónomo dentro del espacio de exhibición mediante la tensión y elasticidad del material de hule con el que están construidas.

La carga, Museo Experimental el Eco, 2012. Fotografía de Ramiro Chaves.

Los flujos estridentes y fugaces de los recorridos citadinos están presentes en la obra de Gross de forma decantada, asimilada, podríamos decir. De tal modo que más que ser un comentario sobre la realidad circundante, o bien utilizar la ciudad como tema, su obra está atravesada por el lenguaje visual abigarrado y estimulante de una urbe como São Paulo. Ella habla de este atravesamiento cuando parafrasea algo que la escuché decir: “Es la ciudad que se hace, que se forma en uno y que posibilita que uno se piense desde la construcción individual, desde la propia subjetividad atravesada por esta experiencia”. Existe en su obra una relación emocional con la ciudad que confronta al espectador de forma poética y contundente; hay una proximidad con la urbe y con los materiales que es cruda y sensual a la vez. Un cuerpo contra otro. En esta exposición, quedó así en nosotros activar y elaborar todo lo que en las formas se hizo presente: en este sitio —en el sentido más amplio— y en el momento por el que atravesaba nuestro país.

Paola Santoscoy

La carga, Museo Experimental el Eco, 2012. Fotografía de Ramiro Chaves.

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Carmela Gross (San Pablo, Brasil, 1946) comenzó a trabajar en la década de los sesenta. Desde el inicio de su carrera ha producido obras que problematizan y reaccionan a situaciones sociales, dirigiendo una crítica hacia cuestiones políticas y estéticas. Su obra emerge de un entendimiento del campo de acción del arte y se expande al espacio público y la vida urbana.

Ésta es la primera muestra de Carmela Gross en México, que consiste en una selección de obras que establece un diálogo formal y conceptual con el espacio del museo y activa una serie de operaciones estéticas y un diálogo relacionado con el legado del modernismo en América Latina.


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