El Eco

Exposición
24 enero, 2015
El Eco
Simon Starling
Enero 24 – Marzo 22, 2015
Curaduría: Abaseh Mirvali
El Eco, Museo Experimental el Eco, 2015. Fotografía de Rodrigo Valero.

El Eco (2014) trata sobre los rastros de una obra casi olvidada del escultor británico Henry Moore, creada en los primeros tiempos del Museo Experimental el Eco en la ciudad de México, y la interpretación de danza de una joven bailarina, Pilar Pellicer, concebida en torno al trabajo de Moore en 1953 junto con el artista alemán Mathias Goeritz, fundador y arquitecto del Eco. Filmada en el Museo Experimental el Eco en 2014 durante las celebraciones de la festividad mexicana de Día de muertos, esta película acecha a la arquitectura de Goeritz —hoy cuidadosamente restaurada— con su propio pasado interdisciplinario. Durante una visita a México en 1953, Henry Moore fue invitado al hogar del pintor Diego Rivera y quedó impresionado por las enormes calacas y judas de papel maché que colgaban en el pasillo. En las últimas páginas de su itinerario de viajes, Moore realizó unos bocetos rápidos de estas figuras esqueléticas que se preparan tradicionalmente para Día de Muertos. Tras una reunión con Mathias Goeritz, estos bocetos se reprodujeron en paneles de grisalla sobre masonite de seis metros de altura y se fijaron sobre las paredes del espacio principal de El Eco. 

El Eco, Museo Experimental el Eco, 2015. Fotografía de Rodrigo Valero.
El Eco, Museo Experimental el Eco, 2015. Fotografía de Rodrigo Valero.
Proceso de rodaje de El Eco, Museo Experimental el Eco, 2014.
Proceso de rodaje de El Eco, Museo Experimental el Eco, 2014.
Proceso de rodaje de El Eco, Museo Experimental el Eco, 2014.

Para inaugurar el mural, Goeritz invitó a Pilar Pellicer, una bailarina de quince años, a improvisar en ese espacio con estas enormes figuras esqueléticas como una escenografía de fondo, sumamente cargada. La danza nunca se coreografió ni se presentó al público, pero las pocas fotografías en blanco y negro que quedan de este “no evento” se volvieron importantes herramientas de promoción para el proyecto de Goeritz de crear un espacio cultural interdisciplinario en el que coexistieran la arquitectura, la música, la danza y las artes visuales. Al invitar a Pilar Pellicer —hoy en día, una actriz célebre con una larga trayectoria en el teatro, cine y televisión— a volver al Eco, y por medio de una variedad de fotos fijas de 1953 utilizadas como fotogramas clave para estructurar el guión de la película, El Eco traza la búsqueda retrospectiva de Pellicer de aquellos pocos momentos congelados, e inmortalizados en blanco y negro, una indagación que implica evocar a la quinceañera de antes, al mismo tiempo que confronta las limitaciones de su cuerpo, a sus 76 años. Su cuerpo casi nunca la traiciona mientras vuelve a representar el aplomo y vitalidad de su versión más joven. Al hacer una introducción momentánea en la imagen en movimiento contemporánea de los “fotogramas fantasma” de 1953, poblados por las vastas criaturas esqueléticas de Moore, El Eco –una especie de sesión espiritista institucional– fluctúa constantemente entre el pasado y el presente. La misma Pellicer parece oscilar entre el ahora y el entonces, pues en ciertos momentos convoca una vez más su energía juvenil, y en otros se refugia en sus propias reminiscencias introspectivas. La ausencia de cualquier coreografía real en la danza de Pellicer de 1953 construye un fascinante espacio libre entre los pocos momentos fotográficos que sobreviven: un espacio de especulación y desplazamiento.

El Eco, Museo Experimental el Eco, 2015. Fotografía de Rodrigo Valero.
El Eco, Museo Experimental el Eco, 2015. Fotografía de Rodrigo Valero.
El Eco, Museo Experimental el Eco, 2015. Fotografía de Rodrigo Valero.
El Eco, Museo Experimental el Eco, 2015. Fotografía de Rodrigo Valero.

La narrativa visual del “entonces y el ahora” de El Eco se enriquece con una delicada pista musical para contrabajo solo, compuesta y tocada por el músico, afincado en Chicago, Joshua Abrams. Esta austera pista de sonido combina alusiones sutiles a las canciones populares tradicionales de México relacionadas con el Día de muertos. Momentos intermitentes de sonido ambiental y el ocasional clic metálico de un obturador fotográfico avivan el sentido de una realidad fracturada y fragmentada. 

El Eco, Museo Experimental el Eco, 2015. Fotografía de Rodrigo Valero.
El Eco, Museo Experimental el Eco, 2015. Fotografía de Rodrigo Valero.
El Eco, Museo Experimental el Eco, 2015. Fotografía de Rodrigo Valero.

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Simon Starling (Reino Unido, 1967) actualmente vive y trabaja en Copenhague, Dinamarca. Starling estudió en el Maidstone College of Art (1986-1987) y Trent Polytechnic, Nottingham (1987-1990), y posteriormente obtuvo el MFA en la Escuela de Arte de Glasgow, en 1992. En 2003, ingresó como profesor de Bellas Artes a la Städelschule, en Frankfurt. En el 2004, fue nominado para el Premio Hugo Boss, y al siguiente año fue ganador del Premio Turner, uno de los premios de arte contemporáneo más importantes en el mundo actualmente.

El trabajo de Simon Starling ha sido internacionalmente reconocido y presentado en importantes bienales, museos y galerías internacionales, tales como la Bienal de Arte Contemporáneo de Lyon, el Tate Britain, el MASS MoCA y el Pérez Art Museum Miami, entre otros. Starling ha presentado más de cincuenta exhibiciones individuales y ha formado parte de más de doscientas exhibiciones colectivas durante los últimos veinte años. En 2014, el MCA de Chicago presentó la primera gran retrospectiva de su trabajo en una exhibición que se realizó en conjunto con el Arts Club de Chicago. Sin embargo, la presencia de su trabajo en el contexto Latinoamericano es muy reciente, ya que su obra únicamente ha sido presentada en una exhibición grupal que se presentó en el Museo Tamayo y en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO) en el 2012 y en la Bienal de Sao Paulo, Brasil.


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