Veinticuatro horas
Georgina Bringas
Septiembre 22 – Octubre 31, 2010
Curaduría: David Miranda
En 1641 René Descartes había presentado al mundo su libro titulado en español Meditaciones metafísicas, donde plantea la posibilidad concreta de entender al mundo a partir de sus especificidades y comprobar la existencia de Dios a partir de lo que existe en tiempo presente y se entiende como tangible. Dichas meditaciones aportaron al desarrollo de una conciencia diferente del conocimiento del mundo, alejada de los discursos dogmáticos que la antecedieron y que provocaban, según él, la duda sobre las verdades del universo. Así, Descartes propuso la exploración metódica y directa de su entorno como estrategia para conformar una teoría de la verdad.
Después de que Descartes y otros pensadores promovieron a la experimentación metódica y cuantitativa como única forma de encontrar la verdad, el mundo dejó de ser visto como una unidad homogénea y la conciencia de aquellos dedicados al estudio de la vida cambió: de la construcción de imágenes mitológicas que explicaran el origen del universo como una historia, al análisis directo de la realidad partiendo de la exploración, documentación y registro de diversas experiencias con la naturaleza, generando nuevas herramientas para la construcción del conocimiento. El individualismo cartesiano es una confirmación del hombre dentro del mundo, ubicándolo en un tiempo y espacio específicos que dan como resultado la imagen de una coordenada dentro de un plano. Éste sitúa a la observación del hombre desde un plano vertical que lo ayuda a tener conciencia del entorno donde se encuentra, y en este caso, del paisaje como una continuación de su presencia.
Esta última idea ha sido el motor para que diversos artistas desde finales del siglo XVII hasta nuestros días se aproximen al estudio del paisaje desde su observación directa a la naturaleza, asumiéndolo como un estudio metafísico del mundo, entendiendo al paisaje como una dualidad donde se funden materia y espíritu, como una posible relación del ser humano dentro de la extensión del paisaje incontenible con las manos, dejando a la obra como una sección o escala gráfica que nos ayuda a imaginar la proporción de lo que resta del paisaje que no está pintado y, así, comprender la inmensidad del universo.
Georgina Bringas es una artista interesada en distintas reflexiones en torno a la abstracción de la relación entre el espacio y el tiempo dentro del arte, como comprensión plástica del entorno al que pertenece. Ha desarrollado diferentes métodos relacionados con el análisis racional del mundo, vinculados con la construcción del conocimiento lógico como una traducción plástica que articula su trabajo artístico.
Proveniente de la práctica del videoarte, ha manipulado la acción de registrar y documentar en video transformando su lenguaje audiovisual en un ejercicio de análisis espacial y de composición plástica.
Así, Bringas propone con los materiales con los que trabaja relaciones múltiples en la apreciación del paisaje.
El proyecto de intervención temporal de Georgina Bringas sobre uno de los muros de la sala Mont del Museo Experimental El Eco, se presentó como una exploración y análisis del espacio del museo a partir de la medición de una de las superficies del lugar, usando cinta de video VHS como herramienta y material para ocupar un muro. Para Georgina este material es una confirmación de la posibilidad de contener y visualizar el espacio y el tiempo de manera concreta y, a la vez, abstraer y cuantificar de forma gráfica todas las imágenes obtenidas al realizar un registro “análogo” de un muro de la sala de exhibición. El VHS como un contenedor de información lineal y diversa sobre especificidades del mundo, que al desbordarse en el muro como si fuese cinta métrica, constituye el vector de un posible “plano cartesiano” que nos da cuenta de distintas convergencias provenientes de la relación espacio-tiempo, resultando en su intervención plástica.
El ejercicio de evidenciar la materialidad de imágenes grabadas en video, o a su vez, de “medir un muro con tiempo”, forma parte de una serie de “meditaciones metafísicas“ que le han ayudado a conformar un sistema de experimentación plástica permitiéndole interactuar con su entorno inmediato, dando como resultado la concepción de su trabajo artístico.
Veinticuatro horas es el resultado de la conversión cuantitativa y cualitativa de un material de registro y documentación audiovisual en un elemento de medición relacionado con el Sistema Métrico Decimal, invitándonos a contemplar, reflexionar y entender a partir de la abstracción, el lugar donde sucedemos.
David Miranda
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Georgina Bringas (Ciudad de México, 1975). Actualmente vive y trabaja en la Ciudad de México, estudió la licenciatura en Artes Plásticas en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”; en 2008, formó parte del Programa Nacional Jóvenes Creadores (FONCA), en las disciplinas de Video y Medios Alternativos; Su obra se ha presentado en diversas instituciones nacionales e internacionales, entre sus exposiciones individuales se encuentran: Linear Journey, Galería Diaz Contemporary, Toronto, Canadá(2008); Distancias, La Refaccionaria, México D.F. (2007); Metros Lineales, Casa Vecina, México D.F. y Mediato/Emplazamiento, en Casa Vallarta, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, México(2004). Ha participado en diferentes exposiciones colectivas entre las que se destacan: Ciudad Madín Crearte Urbano, Complejo Cultural El Águila, Madrid, España; Bienal de Monterrey FEMSA, Parque Fundidora, Monterrey, México (2007); Suerte en Pila!, Harto Espacio, Montevideo, Uruguay :Come Closer, Space Piano Nobile, en Ginebra, Suiza (2006); Come Closer, Kunstlerhaus Bethanien, Berlin, Germany (2005) ; ARCO 2005, Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, España (2005), entre otras.