Pabellón Eco 2015: Concursantes y veredicto

El Museo Experimental El Eco presenta la sexta emisión del Pabellón Eco, una invitación a jóvenes arquitectos mexicanos a realizar una intervención arquitectónica en el patio del museo. El Pabellón Eco, en colaboración con Buró–Buró, es un proyecto de intervención temporal del cual se desprende un programa de actividades paralelas que tiene como fin promover los vínculos entre arquitectura y otras disciplinas.

Agradecemos profundamente a todos los que enviaron su portafolio. Estamos contentos de comunicar los resultados de esta primera etapa. Recibimos 240 portafolios muy interesantes y de gran calidad provenientes de 23 estados de la República y fuera de México. El concurso del Pabellón Eco busca generar un diálogo con el edificio original, al mismo tiempo que promueve el progreso y la reflexión sobre el espacio y la arquitectura en México. El Museo Experimental el Eco y Buró-Buró revisaron los portafolios en busca de experimentación y reflexión espacial, uso creativo de materiales, experiencia y trabajo propositivo. Los invitamos a seguir de cerca el proceso y visitar la propuesta ganadora en la primavera del 2015.

Los participantes seleccionados desarrollarán una propuesta de pabellón con base a los siguientes criterios: interés y experiencia en torno a la experimentación espacial y de materiales, experiencia en construcción, consideración de la comunidad entorno al Eco, nivel de reflexión y calidad de las propuestas contenidas en los portafolios.

Los despachos seleccionados deberán presentar su propuesta conforme a los lineamientos establecidos, mismas que serán evaluada por un jurado invitado. El comité de selección estará compuesto por 3 jurados reconocidos, familiarizados tanto en temas de arquitectura como en arte; así como por los directores del Museo Experimental el Eco y Buró–Buró, sumando 5 votos. El jurado buscará en los proyectos: viabilidad, nivel de propuesta, uso creativo del espacio y materiales, las posibilidades del espacio como sede de actividades culturales, así como espacio de contemplación y goce de los visitantes del museo. Dicho panel será dado a conocer al final del proceso.


Alberto Odériz

El ECOOOOOO. Propuesta de Alerto Odériz para el concurso de Pabellón Eco 2015.

La bella y joven Eco era una ninfa de cuya boca salían las palabras más bellas jamás nombradas. Las palabras ordinarias, se oían de forma más placentera. Esto   molestaba a Hera, celosa de que Zeus, su marido,   pudiera cortejarla como a otras ninfas. Y así sucedió. Cuando Hera descubrió el engaño, castigó a Eco quitándole la voz y obligándole a repetir la última palabra que decía la persona con la que estuviera hablando. Incapaz de tomar la iniciativa en una conversación, limitada sólo a repetir las palabras ajenas, Eco se apartó del trato humano.

 Ovidio. METAMORFOSIS

ECO

El 7 septiembre de 1953 se inaugura el Museo Experimental de El Eco. La obra apenas dura unos meses tras el fallecimiento de su mecenas, Daniel Mont, el 25 de Octubre de ese mismo año. El poco tiempo que   existió el Museo Experimental dejó una obra inconclusa en cuanto a su contenido pero capaz de proyectar sus ecos hasta nuestros días. 

ECOO

El registro fotográfico de aquellos días de 1953, tan sugerente como enigmático, ha construido mediante fragmentos lo que fue y también lo que pudo haber sido,  pero al verdadero Museo Experimental sigue escondido. Si uno observa aquellas fotos detenidamente: ¿a dónde miraba Goeritz, qué estaba viendo en el Museo?

ECOOO

En 2005 se recupera El Eco como Museo Experimental. Una construcción que duplica la anterior, ¿cómo puede ser Experimental algo que se repite? ¿Cómo puede ser Museo algo vacío:“el vacío total… el vacío dice más que todas las palabras”? (Mathías Goeritz. Entrevista de Enrique X. de Anda, 2 de Julio de 1987)

ECOOOO

Un año después (1954) se publica el Manifiesto de la Arquitectura Emocional. El Museo Experimental queda como eslabón intermedio entre decirlo todo (el Manifiesto) y la incapacidad de hablar repitiendo la última palabra de cada frase (el Eco): pasillo, luz, ventana, torre, patio, serpiente, cruz, puerta, cielo.

ECOOOOO

Como Narciso con Eco, nosotros no podemos escuchar el mensaje entero y nos conformamos con algunas imágenes repetidas hasta el infinito: las intervenciones de otros artistas en la inauguración, los gestos de Goeritz ensayando con Pilar Pellicer, las fotografías de Armando Salas. Todos esos fragmentos convierten ese periodo de tiempo y espacio en una pequeña Cámara de las maravillas: una colección de pinturas no necesariamente relacionadas que dan como resultado una versión nueva que no tenían por separado. Como bien sabían en el siglo XVII su sentido último sólo puede descubrirse mediante un espejo cóncavo.

ECOOOOOO

Se presentan ahora las imágenes de la obra no construida de Goeritz para un pabellón en El Eco. Se trata posiblemente de una propuesta para un Museo Experimental Imaginado, una nota a pie de página del proyecto original.  Las hipótesis apuntan a una cámara obscura para ver El Eco, pero también pudiera ser una investigación de su significado, un artefacto para proteger del sol, un pequeño auditorio, un espacio de encuentro, un intento de conectar el patio con la ciudad, una propuesta para volver cíclico el recorrido del museo, una investigación sobre la escala en la arquitectura o quizá una ficción a partir una fotografía falseada o una frase mal entendida.

ARKRAFT

Simbólico. Monocromía emocional. Propuesta de ARKRAFT para el concurso de Pabellón Eco 2015.

Estas piezas, con diversas proporciones, fueron diseñadas para los espacios arquitectónicos que las albergarían. Los MENSAJES son entonces, símbolos de lo EMOCIONAL.

El pabellón tiene dos mensajes, el primero es un momento estático (simbólico) y el segundo un momento dinámico (provocador).

El momento estático, se genera a través de un filtro que logra un diálogo equilibrado, respetuoso e integrado entre las características del espacio arquitectónico y las realza. Su materialidad textil, dispuesta geométricamente, respeta las directrices de la arquitectura generando una atmosfera ligera y transparente. El filtro utiliza la luz y sus propiedades de luminosidad para llevarnos a un rincón emocional. El filtro agudiza también nuestros sentidos y nos mantiene en un sitio de tranquilidad, reflexión, paz e introspección dentro del patio. Su color naranja tornasol es complementario y análogo a la cromática de su contexto inmediato, y aporta un equilibrio entre el follaje verde de los árboles, el violeta de la jacaranda, el azul del cielo y la estela amarilla.

El momento dinámico se genera a partir de la interacción entre los usuarios (expositores, artistas o espectadores) con la pieza. Ésta se convierte en una plataforma sutil que da pie a transformarla. Por su materialidad la pieza puede tomar distintas posiciones a criterio del usuario, uniendo, dialogando, acariciando, transportando, serenando, filtrando, coloreando, protegiendo, abrazando, enmarcando, dividiendo, y provocando una rica diversidad de comportamientos y actividades.

La estructura que soporta la pieza es mínima, casi invisible. A base de grapas simplemente apoyadas en los pretiles de las bardas del patio, se sujetan con mínima tensión seis cables de acero. Cuatro cables sujetan los filtros textiles (cortinas) y dos cables más sirven como guías para que los filtros puedan correr bidireccionalmente.

El pabellón es la interpretación de los ecos de Mathias Goeritz en su máxima expresión emocional a través de la dimensión sensorial.

BNS Estudio

g3 arquitectos

Propuesta de g3 arquitectos para el concurso de Pabellón Eco 2015.

“…el hombre del siglo XX se siente aplastado por tanto funcionalismo, por tanta lógica y utilidad dentro de la arquitectura moderna.”   –  Mathias Goeritz

“…que cada vez que la memoria trata de recordar algo lo reinventa. Nunca es fiel la reproducción. Por fortuna la memoria es creadora…”  –  Octavio Paz

En 1953 Mathias Goeritz inaugura el Museo El Eco, obra crucial en la historia del arte moderno en México y reflejo vivo del manifiesto de “arquitectura emocional“ que el arquitecto-escultor legara un año más tarde. El espacio más que servir como contenedor de obras de arte, se plantea como promotor y activador de la “obra de arte total” o “gesamtkunstwerk”, invitando a que las representaciones escénicas o cualquier otra actividad se integre y sume valor a la experiencia de este espacio. De 1955 a 1971 Goeritz realiza una serie de proyectos de torres en diferentes escalas. Las torres, sin un uso específico de función, materiales o sistemas constructivos, aluden más a variables de proporción, orden y ocupación, para dotar de intensidad a la experiencia espacial. La siguiente propuesta para la intervención del Museo El Eco reconfigura la estructura espacial del patio a partir de la reproducción del único objeto original remanente del patio: la torre. La propuesta establece un orden espacial que en tanto condiciona el valor utilitario del patio como argumenta en favor de la intensificación de su experiencia emocional. De esta forma los programas requeridos por la convocatoria como representaciones escénicas, reuniones, talleres, etcétera, más que renunciar, deberán integrarse y sumarse a la “obra de arte total” concebida por Mathias Goeritz en 1957.

Para la construcción de las nuevas torres se propone un sistema auto-portante y libre de cimientos basado en un dado de concreto que sujeta a compresión casetones de poliestireno con varillas roscadas y placas de triplay reforzadas. Sin titubeos por el tipo de acabado, tanto las torres nuevas como la torre original, se forran con tela de yute enyesada. Las nuevas estructuras, calculadas para soportar vientos de hasta 50 km/hr no impedirán la deformación por dicha fuerza y liberarán el polvo de yeso del acabado superficial, dejando temporalmente la sutil constancia de su reciente origen. Las evidencias de la fricción entre la propuesta y las condiciones ambientales naturales invitarán a los visitantes a recuperar a través de la memoria la torre y el patio original, y será mediante este proceso de reconstrucción y reapropiación del pasado “individual y creativo” que el espíritu de Goertiz y “la arquitectura emocional” recolonice con nuevo vigor el patio del Museo del Eco.

Taller capital

La Paradoja Hídrica. Propuesta de Taller Capital para el concurso de Pabellón Eco 2015.

La Ciudad de México ha sufrido cambios drásticos en su contexto urbano y paisajístico desde su fundación hasta la actualidad. De ser un asentamiento en el centro de un sistema de cinco lagos, mutó a la ciudad de los palacios para últimamente convertirse en cede de enormes desarrollos habitacionales. La megalópolis fundada en un suelo pantanoso tuvo que transformar drásticamente su medio para permitirse crecer hasta el infinito. Hoy, y desde hace ya varias décadas, subsiste debido a que en la profundidad de su suelo funciona una de las infraestructuras hidráulicas más complejas del mundo: un sistema de tuberías y bombas capaz de desalojar de la Cuenca de México entre 59 y 74 m3/s de aguas residuales y pluviales. Al día de hoy, este sistema sigue creciendo a través de Túnel Emisor Oriente (TEO), el desagüe más grande del planeta. Paradójicamente, la ciudad de los lagos se ha convertido en la de la escasez. Para abastecer de agua a una población mayor a los 20 mill., es necesario importar aproximadamente 19m3/s de agua y extraer del subsuelo más de 40m3/s.

Esta situación ha provocado una dramática transformación del suelo arcilloso sobre el que la metrópolis está construida, causando severos hundimientos. Durante los últimos 100 años la zona centro de la ciudad se hundido por lo menos 10 metros, esto quiere decir 10 cm anuales en promedio. Pero, ¿Cómo concientizar a la población sobre la paradoja hídrica a la que cotidianamente se enfrenta? La ciudad ha sido capaz de borrar todo rastro de su pasado hídrico. Son contados los hitos que hablan de los enormes esfuerzos que se han realizado para lograr el abastecimiento y drenaje del agua para la Ciudad de México porque las grandes infraestructuras están enterradas a grandes profundidades. El día de hoy se construye a 150 m de profundidad el TEO, una tubería de 62 km de longitud, que cruza de sur a norte la Zona Metropolitana del Valle de México, constituida al encajar una serie de aros de 1.5 m formados por 7 dovelas y una llave de concreto prefabricado que, al unirse, logran un diámetro interior de 7.5 m y uno exterior de 8.4m. Esta obra monumental sólo se puede y podrá apreciar durante el tiempo que dure su construcción y únicamente por aquellas personas involucradas en la misma. El Pabellón Eco 2015 resulta la oportunidad perfecta para hacer evidentes los esfuerzos sobrenaturales en los que la Ciudad de México ha invertido para subsistir. ¿Porqué no montar uno de estos aros en el centro del patio de Mathias
Goeritz? Queremos generar un foro dentro de una de las piezas que conforman el drenaje profundo, misma que regresará a una profundidad de 150 m después de las 10 semanas que estará expuesta en el Museo
Experimental El Eco. Con una altura de 1.5m, el aro del TEO se ubicará al centro del patio. El nivel de piso terminado se conservará en el interior del aro y se elevará a través de una estructura de madera y una cama de grava asfáltica 60cm al exterior del mismo, representando el hundimiento que ha padecido la zona debido a la extracción de agua del subsuelo desde que se construyó El Eco. La pieza llave del aro se retractará 80 cm del cuerpo principal, convirtiéndose en el acceso al interior a través de un escalón de placa metálica. Al patio se accederá por una rampa de madera ubicada dentro de la galería principal, desde donde se podrá apreciar, a través del vidrio del ventanal, los 60cm de hundimiento que ha padecido la zona. Además, al elevar el piso será posible que haya cabida para un auditorio de entre 20 y 300 personas ubicados tanto dentro como fuera del aro.

Giacomo Castagnola (GERMEN ESTUDIO) + La Carpintería MX

T38 Studio

Lorenzo Alvárez

El umbral


Veredicto del Pabellón Eco 2015

El pasado miércoles 18 de febrero de 2015 el jurado integrado por Alejandro Hernández, Edgar Orlaineta, José Esparza Chong Cuy, Patricia Sloane, Jorge Munguía por parte de Buró-Buró y Paola Santoscoy por parte del Museo Experimental el Eco, se reunió en las instalaciones del museo con el objetivo de seleccionar el proyecto ganador para el Pabellón Eco 2015. El jurado reconoce la muy alta calidad del trabajo entregado por los 9 participantes y celebra la diversidad de visiones y planteamientos plasmados en sus propuestas. Cabe mencionar que se invitó a 10 despachos a concursar, de los cuales tRÁILER no entregó propuesta. Valorando conjuntamente las bases expuestas en la convocatoria, aunadas a los criterios de discurso, estética, programa, seguridad y viabilidad, se hizo el fallo por decisión mayoritaria a favor del proyecto del estudio Taller Capital, titulado “Paradoja Hídrica”.

El proyecto propone introducir al patio del Eco uno de los aros de concreto que forman el Túnel Emisor Oriente (TEO) del drenaje profundo de la ciudad de México, creando un espacio circular que dialoga con los diversos elementos del patio. Este círculo de concreto servirá para la realización de actividades de distintos tipos durante el periodo de primavera–verano 2015.

“Paradoja Hídrica” se distingue del resto de las propuestas, ya que sin ignorar el lenguaje moderno del patio del Eco, utiliza la oportunidad del concurso del pabellón para desarrollar una investigación más amplia que pone en diálogo el proyecto con una de las problemáticas urbanas más urgentes de la ciudad de México. Se trata de una pieza que involucra una serie de gestiones y negociaciones por parte del museo y de los autores para entablar de manera crítica el tema del agua en la ZMVM.

El jurado también decidió otorgar una mención especial a la propuesta de Alberto Odériz titulada “ECOOOOO”. Las nueve propuestas participantes serán exhibidas en el museo durante la inauguración de la sexta edición del Pabellón Eco.


Pabellón Eco 2015: Concursantes y veredicto