Doce monos para muros digitales

Re_vista 05
25 mayo, 2022

Tras la invitación del Eco para compilarla, se propuso una primera idea: emulando el libro gráfico Aquí, de Richard Maguire (Salamandra Graphic, 2016), en el que el autor dibuja el mismo espacio en diferentes momentos históricos, encimándolos a través del recurso de la viñeta del cómic, la idea original era hacer lo propio con el bar del museo.

Los convocados, una docena de pictosecuencialistas de tres generaciones, habrían de rechazar la idea rápidamente, de manera que en asamblea se decidió dar temática y formato libre, manteniendo tan sólo un formato cuadrado para facilitar su lectura digital.

Durante varias semanas los involucrados, coordinados por quien esto escribe, tallereamos nuestras historietas hasta conformar esta pequeña muestra del quehacer contemporáneo de la narrativa gráfica en nuestro país.

Lo primero que saltará a la vista será su diversidad. A diferencia de países como Japón o Francia, la aún joven historieta autoral mexicana no tiene un perfil gráfico definido y justo su riqueza, me parece, reside en su diversidad.

***

Aún está pendiente el recuento histórico del devenir de la historieta autoral en México a partir de los años 90. Pero cuando se escriba, indudablemente el trabajo de Jis y Trino ocupará un lugar importante. Esta pareja y sus monos operan como una bisagra entre la generación anterior (Sergio Arau, El Fisgón, Manuel Ahumada, Gonzalo Rocha, Luis Fernando, entre otros) y abrieron la puerta a la siguiente.

(No es coincidencia que todos los nombrados en el párrafo anterior hayan tenido incursiones en la pintura, el grabado y la gráfica).

La obra historietística de la dupla de Guadalajara es rompedora en muchos sentidos: abordan abiertamente temas tabú en medios de circulación nacional con un humor insolente pero además lo hacen a cuatro manos (originalmente Manuel Falcón formaba parte del colectivo pero abandonó muy temprano).

Quizá el haber cimentado su prestigio en dupla ha desenfocado los logros individuales de ambos, especialmente los de Jis, autodefinido como un molusco tapatío por su temperamento introvertido.

Su caso es especialmente fascinante. Durante más de 40 años ha publicado cartón de humor absurdo, abiertamente pacheco en las páginas editoriales. Declarado conceptualista, sus caricaturas indefinibles borran las fronteras entre el humor gráfico y el arte contemporáneo, por lo que elegirlo para abrir esta breve antología fue una decisión natural.

***

Si algo ha cambiado desde inicios de los años 90 en el cómic nacional es la integración de mujeres historietistas. Si se toma en cuenta que en la generación de Rius, Naranjo y Helio Flores la única mujer reconocida fue Palmira Garza y en la siguiente apenas un puñado que incluye a Cecilia Pego y Cintia Bolio, que haya tantas narradoras gráficas activas hoy en día es un triunfo colectivo que ha enriquecido enormemente a nuestra historieta.

La elección de las chicas incluyó a Valeria Gallo, reconocida ilustradora y académica que siempre se ha interesado en la historieta y narrativa gráfica (su padre, Miguel Ángel Gallo, es un académico que ha analizado desde hace muchos años la historieta). A la inquietud gráfica se añaden las preocupaciones de género y el resultado es una exploración del papel del museo en el espacio urbano.

Por su parte, Alejandra Gámez es, pese a su juventud, una de las más exitosas autoras de su generación, como lo atestiguan el éxito de su webcómic The Mountain With Teeth, la de su tira Cosas de inmortales para la plataforma Webtoon así como varias novelas gráficas. Alejandra regresa al asombro como materia prima de su tira.

Además de las publicaciones digitales, mencionadas arriba, la historieta mexicana ha participado del resurgimiento de los fanzines. De esta escena provienen John Marceline, Lucifer Ayala y Mónica H. Quant.

A pesar de compartir generación y espacios, el trabajo de las tres no podía ser más diferente. Donde Lucifer explora el terror desde la gráfica de alto contraste en blanco y negro, John (o Rosaura, pero siento que es un poco como decir públicamente que Clark Kent es Supermán) va al humor tenebroso con una gráfica aparentemente infantil/juvenil, al tiempo que Mónica apela al humor, ofreciendo una viñeta del bluff en el mundo del arte.

Completa la selección femenil Marisa McMonito, joven monera de Mazatlán más bien enfocada en la ilustración de álbumes infantiles que debuta con su primer cómic en esta antología.

***

No fue fácil elegir a los moneros que completarían esta selección. Hay muchos narradores gráficos talentosos activos, de manera que el criterio fue intentar ofrecer un puñado representativo de la generación más joven y la anterior.

Ricardo García Fuentes, Micro, es un veterano historietista que inició en la historieta popular mexicana y cuyo trabajo lo ha llevado por la animación y la publicación en la historieta norteamericana. Su estilo, cartoony e infantil puede ser engañoso a la hora de encontrarse con sus historias, altamente politizadas.

Como politizados son Acelo Ruiz y Augusto Mora, los dos con un pie puesto en el cartón y la historieta política (y en el caso de Chelo, en la dirección cinematográfica), ambos colaboradores de la revista El Chamuco, que para este número deponen el comentario coyuntural y el periodismo gráfico para homenajear al museo como espacio arquitectónico desde el humor.

Finalmente, Cucamonga, quien además de ser creador de la controversial Cindy la regia y uno de los más ácidos humoristas gráficos del país también ha incursionado en el arte y se declara amante de El Eco, contribuye con un homenaje a la noche, a la fiesta, al museo y al desaparecido Olivier Debroise en una entrañable tira.

Doce tiras que exploran y celebran al Eco como espacio y museo, en esta compacta antología que espera ofrecer al público del Museo un atisbo de la escena comiquera nacional en esta especie de exposición colectiva digital, con la esperanza de por lo menos lograr picar su curiosidad y en el mejor de los casos, despertar su interés.

Bernardo Fernández, Bef

______________________________

Esta entrega forma parte de la Re_vista 05 del Museo Experimental el Eco, editada por Bernardo Fernández, Bef, en colaboración con Acelo Ruiz, Alejandra Gámez, Augusto Mora, Cucamonga, Jis, John Marceline, Lucifer Ayala, Marisa McMonito, Micro, Mónica Quant y Valeria Gallo. Es una invitación realizada por Begoña Inchaurrandieta.


Doce monos para muros digitales