NOHBORDS y Alberto Odériz preparan un proyecto colaborativo para El Eco, a presentarse en los próximos meses, utilizando el espacio como laboratorio de trabajo y experimentación.
Diego Mur, director del proyecto NOHBORDS conversó el viernes 1 de mayo en IG live con Paola Santoscoy sobre algunas ideas alrededor de este proyecto y la colaboración entre las prácticas dancísticas, visuales y escultóricas que propone: la noción de ritual; y los procesos que los cuerpos provocan sobre el tiempo/ movimiento (danza) y el espacio/forma (escultura).
NOHBORDS es un proyecto de danza contemporánea y artes visuales que parte desde el cuerpo y la idea de borrar los bordes tanto entre disciplinas como entre formas de concebir el movimiento.
Diego Mur respondió a algunas preguntas que se formularon durante esta conversación y se quedaron en el tintero, y nos compartió varias de las referencias que son importantes para su práctica y como influencias.
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gini_martin: ¿Cómo has visto que esta coreografía urbana de la que hablas y las dinámicas de la calle muten con el entorno COVID, de evitarnos, cruzarnos la calle, esquivarnos… Y cómo ves que cambie permanentemente esa danza cotidiana?
Bueno, sin duda me parece que la situación de aislamiento que vivimos actualmente nos hace tener que enfrentarnos a una reflexión y pausa con nosotros mismos (a quienes tenemos la dicha y el privilegio de poder sentir la calma de estar en casa). Hablaré personalmente, hace bastante tiempo que no reconocía una pausa en mi vida, como joven creativo, siendo parte de una sociedad tan desechable y fugaz como la actualidad, tiendo a sentir que mantenerme ocupado siempre me regala una sensación de rumbo y quizás la seguridad de ser alguien que va construyendo algo aunque no tenga claro que sea. Es una especie de auto explotación que ahora en estos días de encierro alcanzo a reconocer y entonces me ha hecho reflexionar sobre mi cuerpo y la violencia que ejerzo en él en distintos sentidos, lo cual me lleva a recordar el valor que tiene como motor y herramienta prioritaria para mi profesión (el cuerpo).
Sigo analizando las memorias que le doy en el cotidiano a mi cuerpo y mi mente y qué es lo que estas generan de forma negativa y positiva. Sin duda mucho de lo que ocurre en mi día a día depende de cómo percibo mi exterior y mi compartir con otros que al igual que yo transitan y construyen su rutina diaria desde la comunicación que uno tiene en las calles. Caminar, el avance, la espera, subir, bajar, el espacio, el roce, el sonido, temperatura, la sombra, luz, el tiempo, la forma en la que nos organizamos para volver de manera colectiva una comunicación quizás hostil pero funcional se torna de pronto de manera automática y monótona, y cómo toda situación de repetición no opcional, puede ser irritante. Evidentemente son muchos los factores que a nivel individual determinan el contexto de la operación que cada individuo reconoce para su acción diaria en el entorno. Síntomas tan comunes como el uso de transporte colectivo van cargados de un significado distinto y nos habla de una realidad alterna para cada persona que en conjunto atiende la misma necesidad.
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Analizando un poco cual es mi postura o que tan consiente soy del rol que juego dentro de esta comunidad que se mueve y desplaza a lo largo del día, entendí que existe una violencia ejercida de forma grupal en distintos niveles que pueden ser pensamiento, energía o físicamente, pero que de igual manera, las tres transgreden nuestra tranquilidad y estabilidad emocional generando un impacto negativo en el desempeño y vivencia individual ante la labor colectiva. Es ahí en donde habrá que reconocernos y ser consientes de la importancia de la experiencia que brindamos a nuestro alrededor, y cómo no podemos escapar de nuestro entorno social y la forma en la que este nos transforma. Ese trabajo de concientizar el acto de la movilidad grupal en las calles creo que es un primer acercamiento al entendimiento de la importancia de los otros cuerpos y el mío, y me hace creer que razonando dicha problemática nos acercará a visualizar que una simple acción como la pausa, es necesaria para nuestro existir.
La pausa nos habla de respirar, de alongar el tiempo lo cual abre un espacio de análisis y reflexión, nos habla de paciencia y de un sin fin de oportunidades de accionar, de una operación más empática. Es la pausa la que nos permite encontrar funcional la espera, la calma, y son sin duda estas reacciones las que necesitamos presenciar y normalizar en nuestra experiencia colectiva como individuos que transitamos de manera habitual todo espacio y calles de la ciudad.
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Me gusta creer que lo que traerá esta situación hablando específicamente de nuestra labor como transeúntes es el reconocimiento de los otros cuerpos, su significado y al mismo tiempo el aprendizaje de la pausa como factor principal en nuestro día a día.
2. ecampos2688: ¿El espacio hace al cuerpo o el cuerpo hace al espacio? ¿Cuál sería tu conclusión?
Creo que es el espacio el que se construye a partir del cuerpo, las proporciones del cuerpo humano determinan todo diseño y somos nosotros, citando a Tadao Ando, quienes activamos la arquitectura. La forma en la que puedo entender la arquitectura además de un evidente histórico, es de manera funcional y experiencial. La arquitectura nos permite entender dimensiones y escalas las cuales se miden a partir del cuerpo y me parece que la belleza de la arquitectura se relaciona siempre con el ojo externo y lo emotivo que puede ser para éste, entonces eso me hace creer que es el cuerpo el factor necesario para su existencia.
3. chucho.caba: ¿Cuál piensas que es el potencial que una circunstancia como la actual contiene para accionar / activar los preceptos y nociones que tenemos con respecto al cuerpo? Reconstruir y reconstruirse con el entorno… en estos momentos preponderantemente doméstico.
La idea de un cambio drástico en nuestro cotidiano es aterradora en general, y bueno, es que no solo hablamos de un futuro incierto sino de tratar de resolver lo que podrá darnos continuidad en el cotidiano que cada uno va construyendo para generar dicha estabilidad o rumbo, entonces la sensación especialmente de aislamiento, nos lleva a reconocer que las cosas podrían ponerse difíciles mentalmente; la depresión, la ansiedad y el estrés postraumático son muy reales. Al mismo tiempo habrá que reconocer que quizás la problemática más grave por desgracia no sea nuestra salud mental sino sobrevivir, como artista independiente, sin ningún apoyo de ninguna índole, no puedo dejar de pensar de qué manera tendré que generar nuevos ingresos, mi trabajo es básicamente colectivo. Por otro lado cuando lo único que reconocemos al dedicarnos a la danza en este país es precariedad, imaginarnos poder padecerla a mayor nivel genera un conflicto tremendo.
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Aún así, el privilegio de estar en casa me ha podido ayudar a entender que lo que nos queda es tomar esta pausa como un buen momento para reflexionar y analizar un poco cuáles son las estrategias que cada quién irá accionando para la sobrevivencia y el buen manejo de la circunstancia. Estoy seguro que nos sabremos reconstruir aunque por ahora no sea claro, pero encontrar la adaptación y reinventarnos es básicamente la única opción. Como sentido de evolución me parece interesante y quiero ver qué ocurrirá.
A manera personal he tenido la oportunidad de cuestionarme qué pasará con nosotros como proyecto (Nohbords), conmigo como creativo y mis ideales, nuevas ideas, formas, estéticas, el rumbo de cómo me percibo y cómo quiero ser percibido, mi cuerpo como herramienta de trabajo, mi mente y las emociones que nutren ese cuerpo, mi entorno y la forma en la que me relaciono, etc. Yo creo que esta comunión que tenemos con nuestro yo a solas, es vital y por ahora necesaria.
Tengo muy claras las líneas de trabajo e interés a abordar y explorar como creativo, y sigo manteniéndolas, pero lo que sí he descubierto es cierta importancia en la interactividad y la experiencia que la danza y el movimiento puede brindar a otros cuerpos. He pensando en ampliar mis formatos y razonar sin duda la creación desde otro lugar. Hasta ahora esta circunstancia me ha regalado eso, reconocer otras posibilidades y una sed tremenda de entender quién soy.
Referencias:
“Witch Dance” de Mary Wigman
“Meetings with remarkable men” (extracto) de Peter Brook
“Lamento de la emperatriz” (extracto) de Pina Bausch
“Drawing performance” de Trisha Brown
“Beach birds” para cámara de Merce Cunnigham Dance Company
Videodanza “Rosas danst Rosas” de Anne Teresa De Keersmaeker
“Blush” de Wim Vandekeybus (extracto)
“Self unfinished” de Xavier Le Roy
“Primal matter” de Dimitris Papaioannou