Redes de impresión: publicaciones colaborativas y la red de arte correo

Ensayo
25 enero, 2017

Marx: controla los medios de producción.
Fluxus: ¡controla los medios de distribución! [1]

“La creatividad es necesariamente antisocial. Esto se atenúa con la idea de la revista: la comunicación”. [2] La necesidad de la esfera pública en el movimiento de arte correo se ve reflejada en el comentario anterior de David Mayor en el primer número de la revista Schmuck de los años setenta. Las publicaciones eran una de las estrategias fundamentales de comunicación que permitieron, a quienes hacían arte correo, intercambiar obras de arte e información a través de las fronteras, es decir, una comunicación verdaderamente internacional. Aquellas que circulaban dentro de la red de arte correo articulaban ideas sobre comunicación, medios, antiinstitucionalismo, los límites de la práctica artística y sobre los principios centrales propios de la publicación. Las publicaciones Hexágono ‘71 (Edgardo Antonio Vigo), Commonpress (revolving editors) y Schmuck (Beau Geste Press), que se discutirán aquí, son ejemplos clave de las formas en las que arte e ideas experimentales se intercambiaban dentro de redes artísticas, a la vez que demuestran el creciente internacionalismo impulsado por el auge de las tecnologías de impresión y de comunicación. La distribución de las revistas reforzó la expansión de la red de arte correo, mientras que también desdibujaba los límites entre los aspectos públicos y privados de la comunicación por medio del correo.

Un “montaje” es una publicación a la cual los artistas envían su contribución a un coordinador, que es el responsable de la distribución. [3] A menudo, los montajes no estaban ligados; más que páginas en un libro era una colección de objetos que podían ser manipulados. Los montajes representaban una radical reconfiguración de la relación entre editores, colaboradores y autores, en la que los artistas aprovecharon la disponibilidad de técnicas de impresión para producir su propia información sin límites. Es importante destacar que este nuevo acuerdo beneficiaba a los coordinadores pues los costos de impresión se distribuían entre los participantes. Nam June Paik resumió la naturaleza revolucionaria de este desarrollo cuando dijo: “Marx: controla los medios de producción. ¡Fluxus: controla los medios de distribución!”. El montaje se convirtió en un factor clave en la constitución de la comunidad en red, que ejemplifica el cambio del periódico como lugar para la reproducción de textos a aquel en que el artista y el lector colaboraban en la producción de nuevos textos y experiencias. Dado que las direcciones de los colaboradores generalmente se publicaban como un elemento del montaje, se volvieron un vehículo para consolidar y ampliar la red.

La naturaleza colaborativa de los montajes evoca la declaración en la primera página The Blind Man, publicada por Marcel Duchamp el 10 de abril 1917: “El segundo número de The Blind Man aparecerá tan pronto TÚ hayas enviado material suficiente para ello”. Muchos artistas de arte correo se apropiaron de las estrategias de autopublicación del dadaísmo, usando intrépidas técnicas de diseño y copiado; impresión asimétrica; orientaciones aleatorias; tamaños desiguales en las tipografías; caricaturas satíricas; tipografías arriesgadas y la impresión discordante de imágenes y texto a veces uno sobre el otro. Sin embargo, mientras que los dadaístas no concebían sus publicaciones como obras de arte, los artistas de arte correo hacían “múltiples-originales” en los que el artista tenía mucho más control de los resultados de la impresión y de las dimensiones del trabajo, que si la obra hubiese sido reproducida en una revista.

Los ensamblajes se inspiraron en las cajas de Fluxus y los flux-kits, aunque eran distintos, de forma que podían contener obras dispares de diferentes artistas. George Maciunas concibió estas polifacéticas obras Fluxus como un reto a objeto único dentro del arte, ya que se componen de ediciones que son fácilmente reproducibles. Sin embargo, en el arte correo la obra única regresó a algunos ensamblajes que circularon en la red del arte correo. Si así lo deseaban, los artistas podían producir a mano los que necesitaran. Esto creaba una tensión entre la intimidad manual y la reproducibilidad masiva, que se volvió posible gracias a las técnicas de reproducción. En un extremo del espectro, el artista podía producir rápida y fácilmente fotocopias para una óptima distribución de la información; por otro lado, podían crear una pieza hecha a mano con el objetivo de conectar con el receptor a través de sus cualidades táctiles. Los montajes son, pues, difíciles de definir, ya que están entre los libros de artista, periódicos de arte y obras de arte.

Hexágono ‘71

La publicación Hexágono ‘71 (1971-1975) de Edgardo Antonio Vigo contenía ilustraciones, poemas visuales, y obras “a realizarse”: ensayos, dibujos, historias, telegramas y llamados para hacer obras. En línea con su compromiso con la poesía experimental y la participación, Hexágono ‘71 se componía de páginas sueltas, que podían ser manipuladas por el lector o “participante” y que se distribuían en un sobre cuadrado, el cual también servía como portada de la publicación. Hexágono‘71 terminaba con las convenciones típicas de las publicaciones, dejando fuera comentarios editoriales, números de página, créditos editoriales, ubicación y la situación jurídica de la revista, los cuales sí estaban incluidos en los proyectos anteriores de Vigo. Además, los números de Hexágono se ordenaban con un sistema de letras (en lugar de numérico): a, ab*, ac, b*c, b*d,  b*e, cd, ce, cf, de, df, dg y e. [4] Las colaboraciones no estaban asociadas estilísticamente entre ellas de ninguna manera y Vigo se refería a sí mismo como el “editor-en-responsable” [un juego de palabras entre “editor no responsable” y “editor irresponsable”, y agregó, “No hay colaboradores fijos, la publicación va tomando forma a medida que llegan los trabajos”. [5]

Los sobres que hacían las veces de portadas estaban hechos cuidadosamente, eran de papel grueso, en general de color crema, y de manera frecuente con perforaciones, en apariencia hechas al azar. Puede ser que estos agujeros indicaran la inestabilidad en el concepto de exterior/interior en una publicación de correo; la tensión entre lo público y lo privado se relaciona con la cuestión de doble filo de buscar públicos y, a la vez, el riesgo de llamar la atención de críticos y censores. De hecho, Hexágono ‘71 comenzó durante la dictadura de Juan Carlos Onganía y continuó hasta el breve retorno de Juan Perón en 1973, seguido por el desastroso periodo de Isabelita Perón, que terminó en el golpe de estado de 1976. [6]

Con Hexágono ‘71 surgió un discurso en torno a lo internacional, regional, nacional y local: la revista se hizo cada vez más internacional de 1971 a 1975, uniendo artistas de  Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Estados Unidos, Francia, Italia y el Reino Unido. [7] En 1963, Diagonal Cero había manifestado enérgicamente su perspectiva local: “No nos molesta que nos llamen localistas: LO SOMOS…, sin obstaculizar los testimonios nacionales o extranjeros, que son de vital importancia para la progresión comunicativa”. [8] La valoración de la localidad de Diagonal Cero probablemente estaba dirigida tanto a Buenos Aires como a la escena internacional. Pero es interesante que, incluso en 1963, La Plata era entendida como un centro desde donde los “testimonios nacionales o internacionales” podían fluir sin obstáculos. Más de diez años después, la idea de Vigo seguía siendo la de “compartir la necesidad de romper con la peligrosa asfixia que se cierne sobre la universal libertad de expresión del creador-investigador”. [9] De hecho, el número ac de Hexágono publicó un ensayo de Dick Higgins y de este modo fue uno de los primeros espacios para las ideas de Fluxus en América Latina. [10] Este cambio de una actitud local desafiante a lo universal se suaviza a lo largo de los números de Hexágono ‘71 gracias a las preocupaciones por la dictadura militar, por los medios de comunicación, la libertad artística o la posibilidad de una postura antiestadounidense.

Para 1973 se puede discernir un cambio de enfoque hacia una ‘realidad nacional’. Para las ediciones cd y ce, el título fue adornado con una imagen de Adán y Eva cuando son expulsados ​​del Edén por un ángel con espada en mano. [Placa] Junto a la escena una declaración dice, “eso sí, la más peligrosa”, lo que indica que puede incluir información potencialmente volátil. Los sellos en las portadas de las ediciones cd y cf, “Arte argentino de vanguardia” e “Investigación de la realidad nacional”, indican un cambio hacia un enfoque en eventos nacionales; esto continuó en 1974 con las portadas de la edición de sellada “Trelew”, en referencia a la matanza de 1972 de dieciséis presos políticos que fueron ejecutados después de un intento fallido de fuga en Trelew, Patagonia. La edición df lleva el sello: “Libres o Muertos Jamás Esclavos”. La edición dg está encuadernada con una banda ancha de papel, en la cual está impreso “Autocensurado”. [Placa]

Otro intercambio de ideas se desarrolló en torno a la idea del arte povera. Para la última edición de Hexágono en 1975, se enunció una respuesta al artículo del artista italiano Germano Celant sobre el arte povera, publicado en el primer número de la revista. Vigo utiliza el término “comunicación marginal”, acuñado por el sociólogo francés Hervé Fischer para describir una marginalidad específica de la “investigación creativa en América Latina”, contra el “sistema lógico-tradicional”. También se refiere a la adversa situación económica en Argentina, que en 1975 caía en espiral bajo la mala administración de Isabel Perón: “En Latinoamérica, el VERDADERO ARTE POVERA carece completamente de apoyo estatal o privado, y cuando algún ente representativo lo confiere, siempre está condicionado al grado de dependencia absoluta. Es un tipo de servicio, del cual, a nuestro juicio, no se escapan tampoco en Europa, ni en cualquier esfera que habite el investigador-creativo, aunque con diferentes matrices y porcentajes (sus panoramas nacionales)”. [11] Aquí, Vigo reconoce que la lucha artística por la libertad de expresión es universal, aunque modulada por diversas circunstancias.

Hexágono ‘71 se acercaba a su fin antes del golpe de Estado con el que los militares regresaron al poder militar en 1976. Esto representa una muestra de los diferentes enfoques al arte experimental, al igual que da cuenta de los problemas económicos de Vigo, de su sentimiento antiestadounidense y de los acontecimientos políticos que ocurrían en Argentina en ese momento.

La editorial Beau Geste: Schmuck

Uno de los centros más activos en la red fue la editorial Beau Geste, fundada en 1972 en Collumpton, Devon, en el suroeste de Inglaterra. Aunque estaba basada en el Reino Unido, se volvió un centro para artistas latinoamericanos como Ulises Carrión quienes envían su trabajo o iban directamente para imprimir sus libros. Los proyectos editoriales de la empresa ahondaron en la estructura informal de la revista montaje, colaborando en la impresión, ya que funcionaba como prensa para libros de artistas y estaban equipados para hacer frente a las complejidades de la impresión de una revista.

La revista Schmuck de la editorial Beau Geste Press se publicó entre 1972 y 1976 y era coordinada por el historiador del arte inglés David Mayor y el artista mexicano Felipe Ehrenberg. De acuerdo con el principio editorial “la revista se hace a sí misma, no nosotros a la revista” —que corresponde con la política del “editor en-responsable” de Vigo—, Ehrenberg y Mayor permitieron que su revista ensamblada intermediática influida por Fluxus fuera modelada por los colaboradores, hacía eco del enfoque abierto hacia la exhibición que adoptó Fluxshoe. Por lo tanto, cada edición tenía un sabor particular y, con la excepción de General Schmuck, era una muestra de la escena del arte alternativo en el país representado (Japón, Islandia, Hungría, Checoslovaquia, Polonia, Francia). Como alternativa a los monopolios unilaterales en los medios de comunicación, Schmuck permitía a los artistas difundir información y entablar un diálogo fuera de sus propios países. Este énfasis en el desarrollo de prácticas de trabajo comunitarias y democráticas, más allá de las instituciones dominantes de la época, refleja los objetivos de la red del arte correo en general.

Schmuck estaba fundamentada e inspirada, al menos en parte, por El Corno Emplumado/The Plumed Horn, una publicación independiente fundada por Margaret Randall, Sergio Mondragón y Harvey Wolin en la Ciudad de México. Ehrenberg fue colaborador en varios números en su primera experiencia trabajando en un proyecto editorial colectivo e independiente. Bilingüe, experimental y de naturaleza colaborativa, El Corno Emplumado/The Plumed Horn publicó a poetas de la generación beat así como a importantes figuras de la poesía latinoamericana, como el poeta brasileño Haroldo de Campos. [12] Ehrenberg la describe como “una revista altamente politizada y de largo alcance que reunió a los poetas, escritores y artistas más importantes y significativos de Anglo y Latinoamérica”. [13] Sin embargo, en 1969, Randall y Mondragón se vieron obligados por el gobierno mexicano a terminar con la publicación. La experiencia colectiva y la desproporcionada reacción ante ello demostraron el gran potencial artístico de publicar con otros artistas y poetas y, al mismo tiempo, dejaron claro que la libre circulación y la libertad de información eran cruciales en el intento del gobierno por mantener el statu quo. Tener el control de un medio de producción y difusión de información parecía ser un acto sumamente político. [14] Evocándola como una respuesta directa a la atmósfera represiva, Martha Hellion recuerda que la publicación fue “la primera oportunidad para reflexionar y compilar obras, ideas y situaciones políticas en una revista: por primera vez nos dimos cuenta de América Latina”. [15]

La revista fue uno de los modelos primeros de una de las facetas claves de la comunicación translocal: la posibilidad de crear una comunidad conceptual entre grupos dispersos que se unían en torno  de intereses estéticos y formas de ver el mundo en común. La interacción y participación con “tantas fuentes como sea posible” de “grupos pequeños de creadores” que tienen “algo innombrable en común” fue fundamental para el éxito de Beau Geste Press. La revista Schmuck es un ejemplo de ello. Uno de los aspectos clave de la producción de Beau Geste Press es que a través de Fluxshoe y Schmuck estableció contactos con grupos de artistas, que solían trabajar de manera colectiva para promover y consolidar un sistema paralelo que funcionara fuera del “control monopólico de la cultura”. [16]

Schmuck ofrece un registro de las conexiones, colaboraciones e ideologías de Beau Geste Press y refleja los cambios estratégicos y pragmáticos realizados durante ese periodo. Schmuck fue una revista ensamblada, compuesta de impresiones e inserciones de objetos de los autores y artistas colaboradores, y reunió a diversos artistas de distintas esferas geográficas. [17] Como “red de encuentros e intercambios”, su circulación ayudó a difundir nuevas ideas sobre la creación de arte. Tanto las obras de arte que presentaba como los ensayos que reproducía en sus páginas buscaban generar y propagar ideas y conocimiento alternativos. Las editoriales independientes querían demostrar, en palabras de Felipe Ehrenberg, “lo fácil y viable que es ignorar a las editoriales y a las galerías”. [18] La publicación estaba estrechamente vinculada con el rechazo a los espacios tradicionales para el arte y con una aproximación no jerárquica hacia la producción y el consumo de arte, exploraba el “entonces difuso terreno del arte no conformista” y se proponía explícitamente alejarse del “glamour especulativo” del mundo del arte convencional. [19]

El nombre “Schmuck”, un insulto común que significa “pene” en yiddish, seguía el gusto de Beau Geste Press por los nombres irreverentes y contradecía obstinadamente la “belleza” del “beau geste”. Schmuck no era una publicación de arte correo por definición —de hecho, David Mayor les escribió a Taii Ashizawa e Ikuo Shukuzawa en 1973 para pedirles más material para Japanese Schmuck, diciendo: “Me gustaría mucho tener cosas más ‘sólidas’ de su parte y no únicamente cosas enviadas por correo, porque pienso que es difícil imprimir sólo cosas de correo en una revista…”. [20] Sin embargo, la revista y su red le debían mucho al arte correo y a sus redes, y esto es un intercambio sustancial entre los artistas colaboradores. Muchos de los temas que abordaban, así como los medios de los cuales se valían para expresarse en las páginas de Schmuck, eran también fundamentales para el arte correo: la burocracia, los sistemas, el lenguaje, la poesía concreta, el arte conceptual, la censura y la política. Además, las redes de correspondencia de Ken Friedman habían sido cruciales para las contribuciones de Fluxshoe, por lo que Schmuck estaba inextricablemente conectada a las ideas y filosofía del movimiento. [21]

Las ocho ediciones de Schmuck circularon a nivel internacional, pero cada una —con excepción de dos: General Schmuck y General Teutonic Schmuck— era armada por un editor del país en cuestión, por lo general un personaje prominente en la escena del arte alternativo. Las ediciones incluían obras de arte experimental de grupos de artistas relacionados de Francia, Islandia, Hungría, Alemania, Japón y la antigua Checoslovaquia. Beau Geste Press era “percibida por sus fundadores como un ‘enlace’ entre Gran Bretaña, Latinoamérica y Europa del Este”. [22] Sin embargo, la aproximación de Beau Geste Press hacia la geografía no era en absoluto arbitraria. La introducción de Ehrenberg a General Schmuck lo deja claro: “En un principio tuvimos la intención de editar un número por país, una idea buena y sencilla (de George Maciunas), lo suficientemente flexible para permitir la inclusión de extranjeros que residieran en el país o de no residentes originarios del país, en mi caso particular, plurinacionalismo”. [23] Estos comentarios revelan una flexibilidad con respecto a la geografía que debilita los conceptos rígidos de lugar y nación. Schmuck fue una publicación que puso en práctica el internacionalismo mediante expresiones específicas de lo local.

Commonpress “Post Office”, de Paulo Bruscky

La cúspide del colapso de los papeles tradicionales en la edición fue marcada por el proyecto Commonpress de Pavel Petasz, que dependía de la red del arte correo para tener editores en sucesión. Commonpress (1977-1990) pretendía ser exactamente lo que anunciaba su nombre: un proyecto editorial colectivo apoyado en una red internacional de colaboradores. Fue fundado por Petasz, un artista polaco, y la responsabilidad editorial pasaba de un editor a otro “como en una carrera de relevos”. [24] Géza Perneczky explica cómo funcionaba el sistema:

La revista tenía un coordinador central, que asignaba cada número a un editor. Los editores elegían un tema y anunciaban el formato propuesto y la fecha límite editorial. Dado que se había decidido que se editarían sólo 200 copias de Commonpress, se les pedía a los artistas colaboradores que enviaran el mismo número de copias de sus obras. Cada editor tenía la obligación de anunciar las direcciones de los editores designados para el siguiente número. [25]

Perkins señala que la innovación de Petasz fue “utilizar la red internacional como editor sucesivo y compilador de la revista”. [26] Las responsabilidades editoriales en sucesión trabajaban como una especie de reacción en cadena y finalmente Petasz cedió todo el control debido a las dificultades de la situación política en Polonia. [27] Esta “máquina periódica perpetua” produjo 61 números en sus 13 años de existencia, un lapso que supera a otras publicaciones de arte correo y que reivindica su método colaborativo. [28] Ocasionalmente se distribuían varios números de Commonpress al mismo tiempo; el exceso de información funcionaba como el resultado de un fallo en un sistema informático sobrecargado que arroja códigos aleatorios y sin sentido. Sin embargo, en este exceso de información se encuentra el caos que sirve como fuente de posibilidades en una red abierta y heterogénea. Cuando el artista canadiense Jupitter-Larsen sucedió a Petasz definió el proyecto “no como una revista alternativa sino como un performance internacional en expansión”. [29] Se refería a una plétora de perspectivas y a un enfoque basado en los procesos que se ve reflejado en el logotipo de Jupitter-Larsen: un telón de teatro con el nombre de la revista a lo largo.

El modelo de ensamblaje hacía posible que un coordinador produjera una publicación a un bajo costo, pero demandaba una gran cantidad de energía. Sin embargo, la idea de Petasz liberaba al coordinador de una responsabilidad permanente. En un folleto que solicitaba obras para el primer número de la revista, Petasz declara:

Commonpress es una concepción de la edición periódica por esfuerzo común. La posible materialización de esta concepción superaría dificultades como los gastos de impresión y distribución, sin mencionar los peligros de la comercialización [sic]. [30]

Dada la extrema libertad que tenía cada editor, la pregunta es por qué no simplemente hacer proyectos editoriales individuales con un nombre distinto. La razón es que era una red preestablecida y una oportunidad de formar parte de algo más grande que un proyecto individual y que tenía una fórmula probada. Perneczky destaca que “con el tiempo los artistas que participaban de manera regular se volvieron miembros de una especie de comunidad y, por lo tanto, pueden colaborar casi perfectamente”. [31] Perkins argumenta que Commonpress es un “meta ensamblaje” que sólo fue posible porque el arte correo se convirtió en una red autosuficiente. [32] Ciertamente, podemos considerar que el comportamiento asociado a la publicación es más importante que lo que se publicaba, lo que confirma los principios conceptuales y antimercado del proceso por encima del producto: la red es la obra.

Si la red es lo que se crea y se consolida mediante el ensamblaje del arte correo, esto sin duda se vio reflejado en el décimo número de Commonpress, producido por Paulo Bruscky y Leonard Frank Duch en 1978. El número fue singular porque el tema elegido por Bruscky fue “oficina de correos” (post office). Como resultado, este número es uno de los ejemplos más sólidos del carácter autorreferencial de arte correo: el medio es, literalmente, el mensaje; la propia red y el método de colaboración de los artistas son explorados desde diversas perspectivas. El número contiene una extraordinaria variedad de reflexiones sobre el tema: sobres enviados por correo, etiquetas con direcciones, parafernalia postal oficial, solicitudes de empleo en el servicio postal (debidamente intervenidas), imágenes de carteros, oficinas postales imaginarias, dibujos de empleados de la oficina de correos viendo arte correo (What Art? Mail Art? de Pavel Petasz), instrucciones para “abrazar a un cartero”, diagramas de la burocracia postal, alusiones pornográficas a las ranuras de los buzones, instrucciones para recoger obras de arte de la oficina de correos, estampillas hechas en casa y las instrucciones de Ulises Carrión para el Sistema Internacional de Arte Correo Errático (E.A.M.I.S), del cual era el jefe de correos. La propuesta de Carrión era un sistema postal alternativo que entregara “mensajes de cualquier formato […] por cualquier medio que no sea el correo oficial”. [33]

Las contribuciones van de lo hilarante a lo sutilmente bello o profundamente conmovedor. La contribución de Augusto Concato, Myself to Myself, es una fotografía del artista envuelta para ser enviada por correo a sí mismo; la tautología conceptual provoca risa. El elegante dibujo de cuatro manos enlazadas por hilos caóticamente entretejidos de G.E. Marx Vigo (el nombre conjunto de Vigo y Graciela Gutiérrez Marx) está acompañado por el sello “Visto y escuchado” y, a lo largo de un sobre roto, su dirección fragmentada. Las manos parecen deformes e incapaces de asir o controlar la red de hilos que las une. Estos hilos quizá aluden a la censura del correo de los artistas —sus “manos están atadas”—, pero quizá también apuntan a una esperanza residual en la capacidad de la red para apoyar a los artistas. La elegancia de esta imagen es acompañada por una sensación de fragilidad en términos de la conexión a una red en un periodo de crisis importante en Argentina: la leyenda del sello alude a la posibilidad siempre presente de desaparición y al uso de la red para afirmar y documentar la propia presencia. Esta obra fue enviada poco después de la desaparición del hijo de Vigo, Abel Palomo, en julio de 1977. [34]

Commonpress intenta trascender las fronteras cartográficas mediante su estructura itinerante y se acerca a la universalidad que buscaban Hexágono ‘71 y Schmuck. No obstante, obras como la de G.E. Marx-Vigo ofrecen atisbos de las situaciones locales que al mismo tiempo trascendieron y reflejaron. Más aún, una nota en The Magazine Network, de Geza Perneczky, afirma que 50 por ciento del las obras fueron robadas. [35] Si la policía militar confiscó las obras, esto supondría una intervención directa del contexto local en la composición del número 10 de Commonpress.

Las revistas Hexágono ‘71, Schmuck y Commonpress estaban basadas en tres formatos de ensamblaje distintos que diferían en cómo se reunían, imprimían y distribuían los materiales. El control editorial iba de la estrecha supervisión de la publicación por parte de Vigo a los esfuerzos colaborativos de la red de colaboradores de Beau Geste Press y al control colectivo y la autosuficiencia de Commonpress. Mientras que Hexágono ‘71 se imprimía cuidadosa y profesionalmente, Beau Geste Press utilizaba su propio y bien equipado taller de impresión y Commonpress se fotocopiaba. No obstante, las tres revistas compartían el objetivo común de distribuir información sin censura a través de grandes distancias, de manera que suponen una muestra temprana de la incipiente globalización de las redes del arte y de las discusiones de transferencia entre distintos lugares, de la condición de estar al mismo tiempo “aquí” y en otra parte. Todas las revistas estaban comprometidas con situaciones y sucesos políticos de diversas maneras, que van de lo sesgado a lo directo —la libertad de movimiento es un tema particularmente apropiado para los artistas que colaboraron con estas revistas—. Estas publicaciones autogestionadas llevaron las convenciones editoriales a sus límites y exacerbaron las características performativas del arte de redes.


Redes de impresión: publicaciones colaborativas y la red de arte correo
  1. Nam June Paik citado por Craig J Saper en “Intimate Bureaucracies and Infrastructuralism: A Networked Introduction to Assemblings”, en Cultura Postmoderna (mayo de 1997), p. 6.
  2. David Mayor, “Introducción”, en Schmuck, Devon, South Cullompton: Beau Geste Press, 1972, p. 2.
  3. Para más información sobre el fenómeno de la revista de montaje véase Networked Art, de Craig J. Saper y la disertación de doctorado de Stephen Perkin “Artists’ Periodicals and Alternative Artists’ Networks: 1963-1977”, Universidad de Iowa, mayo de 2003.
  4. Cada letra corresponde a un año, a (1971), b (1972), c (1973), d (1974), e (1975), las letras iban siempre acompañadas por otra letra, la subsecuente en el alfabeto. La ‘b’ llevaba siempre un asterisco, aunque no sé bien por qué, ni he visto comentario alguno de otro académico. Se publicaban tres números cada año, excepto en 1975, cuando sólo se logró un número.
  5. Anónimo, “Hexágono U.N.O más que U.S.A.” en El Día, suplemento dominical, La Plata, 7 de enero de 1973. [Sin colaboradores fijos, el número se va armando a medida que llegan los trabajos.] Citado por Vanessa Davidson, “Paulo Bruscky y Edgardo Antonio Vigo: Pioneros en Redes de Comunicación Alternativa, Conceptualismo, y Performance (1960s-1980s)” , disertación de doctorado, Universidad de New York, Instituto de Bellas Artes, 2011). Disponible en: http://gradworks.umi.com/3482872.pdf, revisado por última vez el 27 de Julio de 2012.
  6. Hexágono ‘71 dejó de publicarse antes de los peores años de la opresión en Argentina, por lo tanto, debe asumirse que —si bien la censura era una realidad con Onganía— publicar revistas como Hexágono ‘71 no era tan riesgoso como lo sería después de 1976.
  7. Estos artistas incluían a Jochen Gerz, Carlos Ginzburg y Klaus Groh entre muchos otros.
  8. Edgardo Antonio Vigo ed., Diagonal Cero 7 (1963) [“No nos importa si nos llaman localistas: LO SOMOS. [...] DIAGONAL CERO, sin poner barreras a los testimonios nacionales y extranjeros de vital importancia para el progreso comunicativo.”]
  9. Gradin, Carlos, “Un foco en la selva de los medios. Revista Hexágono (1971-1975),” en revista laboratorio 4, 2011, revisada por última vez el 6 de abril de 2012: http://www.revistalaboratorio.cl/2011/06/un-foco-en-la-selva-de-los-medios-revista-hexagono-1971-1975/, p. 4.
  10. Ibid., p. 2.
  11. “Una forma pobre”, en Hexágono ’71 e, 1975, s/n. [“En Latinoamérica el REAL ARTE POBRE carece de total apoyo estatal o privado, y cuando algún ente representative lo confiere, siempre está condicionado al grado de dependencia absoluta. Es un estado de servicio, del cual, pensamos, tampoco escapan en Europa o en cualquier lugar del orbe el investigador-creativo, aunque, con matices y porcentuales diferentes (sus panoramas nacionales). Quizás.”]
  12. Muchos de los poetas de la generación beat, incluyendo a Margaret Randall, vivieron en México de los años cincuenta en adelante, al igual que poetas latinoamericanos como Ernesto Cardenal, Raquel Jodorowsky y Roger Bartra. Algunos otros que contribuyeron con El Corno Emplumado fueron Robert Creely, Jerome Rothenberg, Nicanor Parra, William Carlos Williams, Cecilia Vicuña y Philip Lamantia. Véase Zanna Gilbert, “The Eclectic World of Felipe Ehrenberg”, en ESTRO 2, 2010, p. 48.
  13. Idem.
  14. La historia de la imprenta en México está íntimamente conectada con la Revolución mexicana y los posteriores años de conflicto, en los que el nuevo sistema intentaba consolidar su poder. Ehrenberg también pasó un tiempo en un taller de impresión operado por anarquistas catalanes exiliados en México durante la dictadura franquista. Conversación de la autora con el artista, diciembre de 2009.
  15. Martha Hellion, “Artists Books from Latin America”, en Printed Matter: Critical Essays, noviembre de 2006. Disponible en https://www.printedmatter.org/tables/26, revisado por última vez el 7 de octubre de 2016.
  16. Ehrenberg citado en Olivier Debroise y Cuauhtémoc Medina, La era de la discrepancia. Arte y cultura visual en México 1968-1997/The Age of Discrepancies. Art and Visual Culture in Mexico 1968-1997, Nueva York y Ciudad de México: Turner/UNAM, 2007, p. 158.
  17. Para más información sobre las revistas ensambladas, véase Craig Saper, “Intimate Bureaucracies and Infrastructuralism”, op.cit.
  18. Ehrenberg, “Introduction”, Ibid., p. 2.
  19. Olivier Debroise y Cuauhtémoc Medina, op. cit., p. 158.
  20. Carta de David Mayor a Taii Ashizawa e Ikuo Shukuzawa, abril de 1973, Colección David Mayor, Tate Archive.
  21. Schmuck estaba “basada en un red cada vez más extensa de intercambios por correo entre artistas que seguía la tradición de An Anthology (1961), de La Monte Young, y Flux Yearboxes (1962), de Maciunas”. Idem.
  22. Idem..
  23. Felipe Ehrenberg, General Schmuck, South Cullompton, Devon: Beau Geste Press, 1975, p. 1.
  24. Geza Perneczky, The Magazine Network, traducción de Tibor Szendrei, Colonia: Soft Geometry, 1991, p. 15.
  25. Idem.
  26. Perkins, Ibid., p. 138.
  27. Perneczky, op. cit.
  28. Perkins, op. cit., p. 139.
  29. Perneczky, op. cit., p. 15.
  30. Perkins, op.cit., p. 138.
  31. Perneczky, op. cit., 16.
  32. Perkins, op. cit., 138.
  33. Reproducido en Mauricio Marcin, Arte Correo en un Libro, Ciudad de México: Museo de la Ciudad de México, 2011, p. 246.
  34. Vigo describe el suceso en un texto encontrado en su archivo.
  35. Perneczky, op. cit., p. 265.