¿SE PUEDE SOÑAR CON ESPACIOS MÁGICOS EN MEDIO DE LA TRAGEDIA?

El mundo se encuentra en plena guerra fría, Rachel Carson pone sobre la mesa por primera vez el tema ecológico. En 1966 Asturias es reconocido con el premio Lenin de la Paz y en 1967 con el Premio Nobel de literatura. Impulsados por una revolución cubana que inspira y motiva a la juventud, el mayo de París y el octubre de Tlatelolco, en 1968 se riegan como pólvora en el territorio, Latinoamérica es un boom, no solo literario.

Guerrillas, feministas, hippies, minorías y generaciones que reclaman su lugar en una sociedad estúpidamente conservadora, se unen a campesinos, obreros, maestros, cansados de las desigualdades que caracterizan un territorio tan rico, pero paradójicamente con personas tan pobres. Es de resaltar primero la paradoja de ser un proyecto impulsado por los gobiernos militares de la época de la represión más cruenta y violenta, pero también el último gran proyecto público del Estado de la modernidad.

En ese contexto surge el Teatro Nacional, hoy conocido como Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, las contradicciones evidenciadas en el párrafo anterior cuestionan el proyecto, el cual inicia en 1962 y tras una serie de eventos entre tragedias personales, guerra interna, el terremoto de 1976, es inaugurado en 1978.

Lo concluye Efraín Recinos, quien como un niño que sueña con un viaje por Guatemala, va recogiendo volcanes, lagos, costumbres, tradiciones, música de marimba, nahuales y un gran jaguar o Balam. Juega con ellos y dibuja lo que se imagina,

como resultado de ese proceso creativo lúdico y onírico, diseña una obra que integra todo lo que ha recolectado interpretando cada una de esas referencias de manera metafórica y conceptual, por lo que bien se puede afirmar que es una especie de realismo mágico espacial.

Emplazado en el Cerro de San José de Buena Vista, en la frontera sur del Centro Histórico, ligado íntimamente al Centro Cívico, lamentablemente sin comunicación en la actualidad. El Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, es un complejo urbano de 8.25 manzanas, aisladas de la ciudad, hablando de manera metafórica, es el gran jaguar enjaulado.

Por eso desde el año 2015, se ha impulsado una Estrategia de Desarrollo Urbano Integral, seguida parcialmente, pero lo importante es recuperar el sentido público del lugar, propiciar espacios para el encuentro, la socialización y que los visitantes se identifiquen con el magnifico escenario urbano arquitectónico.

Los centros culturales deben resguardar, producir, compartir y divulgar todas las expresiones que caracterizan a los distintos grupos sociales que habitan los territorios,