La chinche pintura
David Miranda*
Se la pasó revisando sus notas toda la tarde, y no encontraba cómo dar sentido a sus inquietudes sobre pensar la manera de representar el mundo en la actualidad. Lleno de imágenes, de sonidos, de estados de ánimo, de información múltiple. Lo más fácil era adaptarse a la anquilosada lista de reflexiones sobre el impacto espectacular de los medios, proveniente de las disertaciones filosófica francesas de los años sesenta, que hoy se erigen como verdad absoluta sobre la afectación social de la humanidad. Se negaba a pensar que la construcción cosmogónica de su persona estuviera supeditada a su consumo, por más que el tiempo y su vida diaria se lo demostraran.
Estaba ahí, sentado, en un banco incómodo de pizzería llevando a cabo el clásico ejercicio ocular del desdén focal, que ocurre siempre cuando divagamos sobre una idea o pensamiento impreciso, como si hubiera un tiempo dentro de los tiempos, que formulara una analepsis cinematográfica mientras se espera ordenar al mesero.
En una pausa, mientras recogía los codos de la mesa provocado por la llegada de un plato con un trozo de pizza de pepperoni, volteó la cabeza y vio una vitrina diminuta fuera del local, una pequeña caja que contenía dentro de sus paredes de vidrio repisas que dividían su interior en tres espacios, mismos que le recordaban a la planta libre de la casa dominó de Le Corbusier, o a la obra negra de muchos de los edificios que se estaban construyendo en la zona, que acababa de ver antes de llegar a comer al lugar, apurado por la entrega del texto que tenía que realizar para la revista dónde laboraba.
Un texto sobre arte contemporáneo era su encomienda y su apuro, que reflejara la emergencia de los tiempos actuales, en dónde la práctica artística se identifica como suceso y proceso abierto de recolección de momentos de la vida cotidiana ¿de qué se trataba todo eso?
Dentro de la vitrina habitaban tres diminutas pinturas que alguien había situado en el lugar para ser vistas por los transeúntes, una pequeña muestra abierta que contenía en menos de
un metro cúbico tres enunciados pictóricos que daban cuenta de mucho de la historia del arte entendida por las técnicas empleadas en cada uno de ellos. Uno de estos trabajos era un pedazo de polín podrido, que en una de sus caras había sido intervenido con óleo, formando un paisaje a partir de las betas del mismo y que le recordaba diferentes motivos de la estampa japonesa del siglo XIX.
El segundo era un bastidor de madera, imprimado a la perfección en su superficie, que contenía la imagen de un tornado sobre de una ciudad, eso le recordó a Kansas o a Waco, porque en cualquiera de aquellos lugares había recuerdos de disturbios. La tercera era un pequeño cuadro entelado, que tenía la imagen de un cerdo pintado al óleo, a la manera claroscura de los pintores italianos, esa imagen lo hizo pensar en la carne, en varias formas
de carne, en lo rosado y asfixiado de algunas carnes, incluso en el pedazo de carne que estaba deglutiendo en ese preciso momento, por procesada y embutida que hubiera estado antes de que llegara a su pedazo de pizza. Todo eso pensó al ver aquella anónima vitrina.
De pronto decidió que no habría mucho más que buscar y que escribir sobre la nota que le habían solicitado, pensó: pinche pintura, nunca se le puede ganar. Terminó su pizza y le dio el último trago a su cerveza, asumiendo que sería más divertido hacer una nota de los bares que estaban al lado.
* Este texto aparece en la publicación La Chinche (2014-2015): una recopilación de materiales, documentos y entrevistas que conforman La Chinche en ambas versiones, la de 1979 y la de 2014. En la primera parte se leen las dos entrevistas a los fundadores de la mítica galería La Chinche (1979- 82), ubicada en la Zona Rosa de la Ciudad de México, Pedro Friedeberg y Xavier Girón. En la segunda parte hay textos relacionados con las exposiciones que se presentaron en una vitrina ubicada en la misma zona como parte de la programación anual del Museo Experimental el Eco en 2014.
***
Guillermo Rosas Sánchez (México D. F., 1990) Estudió la carrera de Artes Visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM. Su trabajo parte del análisis y reflexión que detona la transitoriedad urbana, destacando escenarios de polución y situaciones que se enuncian al margen de la idea de “progreso”. De sus exposiciones colectivas destacan 56º Encuentro de Ciencias, Artes y Humanidades, Instituto de Biología de la UNAM, D. F., México (2012); Somnografías, Centro de la Juventud Arte y Cultura FUTURAMA, D. F., México (2012); Punto de encuentro, S. T. C. Metro, D. F., México (2013); y XXXII Encuentro Nacional de Arte Joven, Aguascalientes, México (2013).
***
Tláhuac Mata Trejo (México D. F., 1989) Egresado de la licenciatura en Artes plásticas y Visuales en la ENPEG “La Esmeralda” en 2012. En su obra pueden encontrarse reflexiones en torno a la refuncionalización del espacio mediante la corporalidad, así como una crítica que evidencía la futilidad de la compulsión constructiva en espacios urbanos. Dentro de sus exposiciones colectivas destacan Esos insólitos sentimientos encontrados, Galería Metropolitana de la UAM (2011); Como Cosmos Todo Pintura, Galería Mycellium Ingenium, piso 52, Torre Mayor (2011); 19 o así pulmones: intervenciones oxigenantes en el espacio público, MUCA Roma (2012); Doble Hélice, Biblioteca Andrés Henestrosa, Oaxaca (2014); Moment(UM), Galería Sótano del Edificio S, Universidad Iberoamericana (2014). Actualmente becario del programa Jóvenes Creadores del FONCA (2013-2014).
***
Rocío Gordillo (México D.F., 1980) Estudió la Licenciatura de Artes Visuales en el Instituto Allende, carrera incorporada a la Universidad de Guanajuato, actualmente se encuentra realizando la maestría en Artes Visuales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su obra se desarrolla a partir de cuestionamientos sobre la hibridación y multiplicidad de circunstancias, el reompimiento de divisiones se manifiesta como una búsqueda personal que indaga en cualquier identidad que nos caracterice. Ha expuesto de manera individual en Galería Oscar Cruz, Sâo Paulo, Brasil (2011); Caja Blanca, D. F., México (2009); Humo Live Art, Guadalajara, México (2009); Kunsthaus Santa Fé, Miami, EUA (2008); Kunsthaus Santa Fé, San Miguel de Allende, México (2007); La Estación, Chihuahua, México (2007); Museo de la Ciudad de Querétaro, México (2003); Museo de Allende, San Miguel de Allende, México (2003); entre otras. Ha sido seleccionada en distintas bienales como la Bienal de Yucatán y la Bienal Rufino Tamayo en el 2009. Acreedora de la beca Jóvenes creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) (2009-2010). Actualmente vive y trabaja en la Ciudad de México.